La preparación de docentes para enfrentar el trabajo preventivo en la Educación Primaria (página 2)

La Resolución Ministerial 118/2008 define los
objetivos
priorizados del Ministerio de Educación para el
curso 2008-2009, para todas las educaciones. En la misma aparece
reflejada direcciones principales del trabajo
educacional la formación y superación del personal docente,
así como el trabajo
preventivo y comunitario.

Este trabajo preventivo, tiene una arista de
significativa importancia relacionada con la prevención de
alteraciones del comportamiento
en las niñas y los niños
en la escuela primaria.
En la transformación No. 14 del decreto ley 64/82, se
establece la necesidad de elevar la calidad de la
labor metodológica, preventiva, de orientación y
seguimiento a realizar por el personal docente,
metodólogos y profesores de trabajo educativo, de los
Ministerios de
Educación y del Interior, así como las vías
de capacitación y superación de los
mismos.

Ante el maestro y los directivos de la educación primaria
se presenta el reto de la detección y atención oportuna de los escolares con
factores que ponen en riesgo su
desarrollo
integral, así como aquellos en situación de
desventaja social y alteraciones del comportamiento.
Además el desarrollo de acciones de
trabajo preventivo para dar solución a las diferentes
situaciones que pueden causar o ya están causando
alteraciones del comportamiento en las niñas y los
niños. Al respecto la transformación No. 16 plantea
entre las diversas formas de atención al menor con
trastorno de conducta, las
medidas externas, donde aparecen en primer lugar la
atención individualizada en la red de centros del MINED o
el traslado a otro centro educacional del mismo nivel del
Sistema
Nacional de Educación.

Las acciones de trabajo preventivo sobre las
niñas y los niños con alteraciones del
comportamiento que le competen a la Educación Primaria,
requiere de una mayor preparación pedagógica del
personal docente y del director, como máximo responsable
de tal tarea en la escuela. A pesar que el Departamento de
Educación
Especial del Instituto Superior Pedagógico
"Capitán Silverio Blanco Núñez", de conjunto
con el Departamento Provincial de Educación Especial y la
escuela "Alberto Delgado", ha efectuado algunas acciones para la
preparación pedagógica de directoras y directores
en torno al trabajo
preventivo con escolares con alteraciones del comportamiento, la
misma no ha logrado los niveles esperados observándose la
persistencia de dificultades en la práctica educativa, lo
que se refleja en el banco de problemas de
la subdirección de Educación Infantil en la
Provincia.

Múltiples son las causas que generan, que aunque
se planifican acciones de trabajo preventivo estas no tienen el
éxito
esperado, en lograr las aspiraciones para las que fueron creadas.
Se considera que en la base de todas las causas, juega un papel
determinante la preparación pedagógica de los
directivos y docentes para
realizar un trabajo preventivo con los escolares con alteraciones
del comportamiento; sin embargo en las propias estrategias no se
conciben acciones de preparación hacia dichos sujetos en
torno al tema. Los docentes plantean que los esfuerzos de
preparación son escasos, dispersos, con poca coordinación, siendo los especialistas del
Centro de Diagnóstico y Orientación quienes
aportan un poco más a la misma.

Al entrevistar a docentes y directivos de experiencia,
especialistas del CDO y del Departamento de Educación
Especial del Instituto Superior Pedagógico se constata la
necesidad de enfocar toda la preparación de los docentes
en función
de la prevención. Desde la autopreparación, la
preparación de las asignaturas, las preparaciones
metodológicas concentradas de diferentes escuelas que
pertenecen a un mismo Consejo Popular, entre otras
vías.

¿Cómo se puede lograr esto? Es importante
preparar al docente para que desarrolle la capacidad de observación y valoración constante
de los posibles riesgos
biológicos, ambientales o sociales a que están
sometidos sus escolares y las familias de estos; para de esta
forma, anticiparse a los problemas y encontrar desde su propio
accionar las medidas encaminadas a impedir que los mismos ocurran
o empeoren. Actualizar de forma periódica, el
diagnóstico grupal e individual con un sistema de
intervención más efectivo. Reconocerse como un
tutor de sus escolares y no sólo como un mecánico
transmisor de conocimientos poco significativos para el menor.
Comprender que la familia es
una aliada en la tarea de educar y encontrar en cada una las
potencialidades y fortalezas. Percibir que lo normal es que cada
niño o niña sea diferente, preocupándose
más en perfeccionar los métodos y
medios
pedagógicos que emplea que en clasificar o etiquetar a sus
escolares.

Reconocer el proceso
docente-educativo y en especial la clase, como el
lugar idóneo para hacer un efectivo trabajo preventivo de
modo que desde su misma planificación y organización se reflexione acerca de
cómo lograr la interrelación dialéctica de
sus componentes. El docente debe preguntarse ¿en
qué medida pueden mis escolares alcanzar el objetivo
propuesto?, ¿cuáles son los conocimientos
precedentes y qué nivel de dominio poseen?,
¿qué experiencias previas poseen respecto al nuevo
contenido?, ¿qué puedo trabajar en el aspecto
axiológico?, ¿qué método o
combinación de ellos es más efectiva con mi
grupo escolar
para este contenido específico y según los estilos
de aprendizaje
que predominan?, ¿cómo atender la diversidad desde
las propias tareas docentes diferenciadas?, ¿qué
medios de enseñanza serán más
eficientes y óptimos para este contenido teniendo en
cuenta el canal de entrada de información preferido por mis escolares?,
¿cómo evaluar a los menores de modo que sea un
momento más de aprendizaje y se logre una
valoración justa de cada uno de ellos?.

Para la planificación y organización con
una óptica
de prevención el docente debe analizar el currículo de la asignatura, el libro de
texto y
demás materiales
auxiliares y estudiar el diagnóstico de cada estudiante de
modo que pueda anticiparse lo más posible a cualquier
problema y proyecte la atención diferenciada para cada
caso.

Durante la dirección de la clase el docente que
trabaja de forma preventiva garantizará en la medida de
sus posibilidades las condiciones medioambientales y el clima afectivo
propicio para que se dé el proceso con calidad. La
limpieza, ventilación e iluminación de los locales, la postura
correcta al sentarse, escribir o leer por parte de los escolares,
la ubicación dentro del aula de forma preferente a los
menores con discapacidades auditivas o visuales, exigir el
empleo de
ayudas ópticas o acústicas de los menores que las
necesiten, conocer el estado de
salud general,
garantizar el trato respetuoso entre iguales y de estos con el
maestro, son algunas de las exigencias que debe lograr el docente
en el momento inicial de la clase. Posteriormente es recomendable
al dirigir poner al alumno en el centro del proceso, que sea
activo, creativo, reflexivo, crítico y autocrítico.
Se sugiere sumo cuidado en el logro y el control de la
base orientadora de la actividad en general y de cada tarea
docente. Que las mismas respondan a las diferencias individuales
y se apliquen niveles de ayudas correctamente, evitando la ayuda
prematura y la tardía. Disponer de la evaluación, como uno de los componentes
esenciales, momento en que el alumno debe ser tan
protagónico como en los momentos anteriores.

La dirección de una clase es siempre un momento
muy dinámico y creativo donde el docente puede encontrarse
con situaciones inesperadas, de su dominio de los métodos
y contenidos, de su actuar sereno y firme, pero reflexivo puede
sortear cualquier dificultad y convertirla en aprendizaje suyo y
del grupo escolar.

El control de la clase que realiza el docente es un
momento donde se reflexiona acerca de su propio desempeño y el de sus escolares, se analiza
cómo transcurrió la clase y los resultados
obtenidos permiten evitar que se repitan errores y que se tomen
medidas para perfeccionar el proceso. Por tanto es un momento
importante que contribuye decisivamente a la
prevención.

Los elementos expuestos anteriormente corroboran la
necesidad de potenciar la preparación de docentes de las
escuelas primarias a favor del trabajo preventivo con sus
escolares y el entorno. Utilizar eficientemente los espacios de
reflexión con el colectivo pedagógico para detectar
los problemas en torno al tema y buscar entre todos las mejores
vías de solución. Reforzar la comprensión
por parte de las diferentes estructuras de
dirección y del propio docente que el nivel de
preparación es un obstáculo importante, que es
necesario y posible elevar, con el objetivo de mejorar la calidad
del proceso docente-educativo.

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Autora:

Lic. Annia María Márquez
Valdés

Profesora Asistente.

MsC. Rosario Geysa Cañizares
Arteaga

Profesora Auxiliar

Facultad de Cultura
Física.
Sancti Spiritus